Italia en Mascarilla

Por Valentina Barile

Desde Ponte, un pueblo ubicado al sur de Italia, en las cercanías de Nápoles, Valentina Barile, periodista y activista italiana, nos cuenta la nueva cotidianeidad que han debido enfrentar por la pandemia del Coronavirus.

Mis querides amiges de Chile,

Les cuento que Italia está bloqueada. No se puede salir del País ni entrar.

Pienso que el Gobierno debería haber tomado la decisión antes de este apocalipsis. Y toda Europa la debería haber tomado.

Mientras en China cerraban las fronteras por el Covid-19, Europa no paraba de viajar sin darse cuenta del periodo de incubación del virus. La gente seguía viajando hasta hace cuarenta y ocho horas, no obstante, el Gobierno italiano cerró las escuelas y las universidades ya desde los primeros días de marzo. El Norte italiano ya estaba en cuarantena porque los mayores brotes explotaron en Lombardía, la región donde se encuentra Milán. Y los inmigrantes italianos del Sur, los cuales trabajan y viven en el Norte, luego del decreto gubernamental, huyeron regresando a casas de sus padres, al sur del país. Esta acción empeoró la difusión del Covid-19.

Hoy, luego de la segunda disposición, el presidente Conte ha decretado el cierre definitivo también de los mercados, de las tiendas y de la mayoría de las actividades comerciales. Todo estará cerrado hasta el 3 de abril. Los estudiantes reciben clases en línea, los profesores están enloqueciendo, y los precarios también porque esperaban concursos públicos que fueron interrumpidos hasta que no se salga de esta situación pandémica declarada oficialmente. El Gobierno prometió ayuda, pero no sabemos como será nuestro futuro. En este momento Italia se está preparando para afrontar un fuerte freno económico. Falta poco para primavera, falta poco para el verano, y ojalá todo sea retrasado. Italia vive de turismo extranjero también, y si los italianos no pueden viajar a causa de la crisis económica y financiera provocada por el Covid-19, nuestra esperanza estaría en el turismo extranjero.

Me parece muy raro esto escenario, amige. Nunca viví una circunstancia así. Todos estamos con mascarillas. Por las calles de Nápoles, Roma, Milán, Florencia, Venecia, entre otras, no hay nadie, todo se ralentizó. Nunca vi estas ciudades sin personas. En Venecia, en plaza San Marco, y adelante del Duomo de Milán, hay pájaros, nada más.

Pienso en ustedes, en Santiago. Estamos viviendo dos maneras de resistencia: ustedes luchan por las calles para ganar la democracia, contra las medidas neoliberales, yo estoy en mi casa, no puedo salir si no recibo una sanción o corro el riesgo de ser arrestada por la difusión del virus, no obstante mi salud está bien.

Hay diferentes teorías que hablan del Covid-19. Las teorías de conspiración me intrigan, sin embargo estoy acostumbrada a hablar de lo que veo con mis ojos. La causa mayor del salto de enfermedades infecciosas desde otra especie a los humanos es la deforestación. Hemos quebrado los ecosistemas naturales de la Tierra y los animales están confundido, la Pachamama está herida: hace seis meses, la Amazonía se quemaba. Hace unos meses, los bosques australianos ardían.

Nuestra misión es luchar y protegernos. ¡Seguimos luchando!

11 de marzo de 2020

Autor entrada: Convergencia Medios

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