En exclusiva y desde Caracas, Venezuela, Convergencia Medios entrevistó a Florence Poznanski de la Dirección Nacional de Parti de Gauche, que hace parte de Francia Insumisa, y con Julian Calfuquir, representante de la juventud de Parti de Gauche. Ambos militantes se encuentran en Venezuela en el marco del XXV Foro de São Paulo, que se desarrolla en estos momentos en el país caribeño.
Convergencia Medios (CM): Me podrían comentar, desde su perspectiva, la situación que está ocurriendo en Europa con estas olas de neoconservadores, una ultraderecha más fuerte. Tenemos lo que ha pasado en Inglaterra, Italia, Alemania. ¿Cuál es el balance que ustedes pueden hacer de este último ciclo político en Europa?
Florence Poznanski (FP): Bueno este movimiento de crecimiento de la extrema derecha, es un proceso que se viene desarrollando desde la última década, y que se ha ido potenciando, viene siempre junto al proyecto neoliberal. El problema es que para muchas personas, dentro del mainstream, se crea una falsa escisión entre lo que sería la extrema derecha y el liberalismo, como si fueran dos proyectos distintos, pero en realidad son dos caras de la misma moneda, y el proyecto neoliberal utiliza a la extrema derecha para fortalecerse y legitimarse, creando este tipo de relaciones.
Lo que necesitamos, y lo que estamos haciendo, es reconstruir un proceso ciudadano, de movilización popular, que permita crear otra oportunidad para la población, para que entienda, cabalmente, lo que significa realmente el proyecto de la extrema derecha.
Julian Calfuquir (JC): Complementando lo que dice la compañera, respecto al crecimiento de la extrema derecha. Hay que entender que Europa ha entrado en crisis económica, social, se aplica una política de austeridad, en donde la gente le ha quitado su confianza en la elite, y a veces la opción del pueblo es la extrema derecha, ante eso, Francia Insuma y Parti de gauche, lo que buscas es decirle al pueblo que hay opciones democráticas y sociales, y que nosotros la representamos.
FP: Una responsabilidad real dentro de izquierda. Desde los años 80 las dos grandes experiencias de gobiernos de izquierda, que tuvimos con François Mitterrand y después, más recientemente, con François Hollande, es que no cumplieron sus promesas. Eso ha creado, en el fondo, una desconfianza muy grande por parte del pueblo, en relación a lo que puede hacer la izquierda, lo que nos coloca en una situación muy difícil, para desarrollar y potenciar relaciones con otras organizaciones de izquierda, que ya han sido gobierno y se han comportado como traidores. Y por esto se justicia, realmente, el incremento electoral de la extrema derecha que se presenta como una nueva oportunidad por fuera de la derecha tradicional y la izquierda de gobierno, que puede ser algo que atrae parte de la población. Pero la experiencia de los Chalecos Amarillos ha sido una comprobación real, que no necesariamente esto se traduce en un apoyo a la extrema derecha, y que hay un renacimiento del movimiento popular que exige mejor distribución económica, más transparencia dentro de las instituciones públicas, un cambio en el sistema de producción, para proteger el medio ambiente, que es lo que, justamente, nosotros defendemos. Entonces, estamos frente a un momento estratégico.
CM: Ya que hablas de los Chalecos Amarillos. En América Latina se habla de ellos como un movimiento insurgente, un levantamiento popular, ¿se puede catalogar así este movimiento?
JC: Hay que tener claro que los Chalecos Amarillos aparecen en un momento en que la sociedad francesa cada días más aumenta sus niveles de precarización. Macron puso un impuesto injusto, que afectó a los sectores más humildes, los cuales no aguantaron y salieron a la calle y derrotaron la política de Macron. En ese sentido sí podemos hablar de una revuelta popular, lo que tiene como resultado un aumento de la politización del pueblo, habla de la crisis institucional, de la crisis social, de la crisis ecológica, entre otras cosas, entonces es una explosión que viene a abrir un ciclo de reflexión y de politización
CM: En este caso, ¿podría ocurrir lo mismo con el movimiento indignado en España con los chalecos amarillos?
FP: Todavía es temprano para decir eso, porque la especificidad de este movimiento, por ahora, es que continúa haciendo política, y todo el proceso es bastante horizontal. El año que viene son las elecciones municipales, y pensamos que éste es el espacio más apropiado para que este movimiento, que ha comenzado de manera muy local, pueda recorrer el resto del país y presente una propuesta alternativa. Yo veo mucho potencial, aunque tiene muchas contradicciones, porque ahí hay gente que nuca había participado en política. Nosotros damos seguimiento a lo que va aconteciendo dentro del movimiento.
CM: ¿Cuáles son sus proyecciones desde la izquierda fuera de lo tradicional, en perspectiva de lo que va a pasar el otro año en Francia? Teniendo en cuenta lo que pasó en Grecia, con la derrota de Syriza o la victoria del PSOE en España. Ya que Jean-Luc Mélenchon trata de empujar desde abajo un proceso diferente, pero se conjuga la avanzada del ultraderechismo por una parte y por otro, este reacomodo de la socialdemocracia, ¿cómo analizan esa situación?
JC: Hay que entender las diferencias entre Francia, Grecia y España. Por ejemplo, cuando Syriza llega al poder, llega con un partido de izquierda que representa a una gran parte de la población. En nuestro país es diferente, cuando se juntan todos los partidos de izquierda, representan un sector muy pequeño, pero cuando aparece Francia Insumisa a las elecciones el Partido Socialista murió, obteniendo un 6% en las elecciones presidenciales, mientras que en España tienes a Pedro Sánchez intentando conformar gobierno, pero el PSOE sigue siendo un partido que mantiene una buena votación, la socialdemocracia sigue. Entonces la situación es bien distinta.
Lo que intentamos hacer nosotros, y en eso estamos llamando al pueblo, es tomar el poder, y para hacerlo debes ser mayoría, tener más del 50%, y tienes que unir a todos los sectores de la población, y a veces hay sectores que no vienen de la izquierda, pero los necesitamos para tomar el poder, pueden ser los jubilados, que cada vez votan menos por la izquierda, pueden ser los obreros.
En ese sentido, cuando Syriza llega al poder y realiza los acuerdos con la Troika, es algo que estamos analizando en nuestro Foro de Plan B, en donde estamos reflexionando en cómo hacer una alternativa a Europa, como salir de los tratados de austeridad, que ahora fundan a la Europa neoliberal. En esas dos cosas nuestro proyecto es coherente y se quiere hacer mayoritario.
FP: Para complementar, quiero decir que nosotros defendemos el concepto de revolución ciudadana, que engloba todos los puntos que Julian ha colocado, en el entendido que la población tiene como eje central la defensa de sus bienes comunes, principalmente las que son ecológicas, y la lucha contra el crecimiento global, en donde las personas entienden que deben ser ellas las que deben tomar sus decisiones, lo que nos permite construir una organización social que permite defender un proyecto como lo ha presentado Julian, que es un poco la visión de una revolución ciudadana que pueda terminar con una constituyente, a nivel de Francia, en donde discutamos la cuestión económica, incluso la posición frente a Europea y todas las cuestiones sociales que se necesitan.
CM: ¿Cuál es el análisis que hacen del cambio de la geopolítica mundial, especialmente con la introducción de capitales chinos a Europa?
JC: Lo interesante es que el equilibro mundial está cambiando, gracias a la aparición de los países emergentes, los BRICS. Aunque es complicado decir cómo va a avanzar, porque, justamente, en los BRICS estaba Brasil, que era uno de los países más importante de esta coalición, que quería hacer un banco alternativo, pero con la última elección en ese país, tal vez eso queda comprometido.
Por otra parte, nosotros analizamos que los EEUU desarrollan una lógica belicista, justamente para parar el avance de los países emergentes, los cuales le compiten su hegemonía, que quizás le hacen bajar el valor del dólar.
Nosotros como Francia Insumisa, planteamos desarrollar una idea independentista francesa, es decir, no estar ligado totalmente a los EEUU, hablar con todos los países que tienen estructuras económicas y armadas importantes, desarrollar nuestra propia fuerza diplomática para desarrollar un internacionalismo alternativo.
CM: ¿Su posición respecto a América Latina? Pregunto por el colonialismo, por ejemplo respecto de Guyana francesa, lo menciono por esta batalla inédita que se ha ido acrecentando, de manera mucho más agresiva, belicista, por parte de los gobiernos de EEUU y también de la OTAN, ¿cuál es su posición respecto a América Latina y qué salida ven?
FP: Bueno al hablar de colonialismo, tenemos que el acuerdo entre Mercosur y la Unión Europea, es una forma de neocolonialismo, porque es una acuerdo que favorece mucho a las empresas europeas, que van a poder importar mercancías muy baratas, empobreciendo a la industria latinoamericana, que ya es muy frágil. Por otro lado, va a aumentar la exportación de commodities hacia nuestro continente, lo que no trae riquezas para el pueblo, a lo que se agrega la superexplotación del medio ambiente. Entonces, en ese sentido Europa tiene una grandísima responsabilidad política, geopolítica, y ahí también ambiental y económica.
Nosotros estuvimos muy indignados frente a la posición del gobierno francés, cuando Bolsonaro revisa y amenaza de salirse del Acuerdo de París y Macron no hace nada. Entonces ahora, a fines de semana, estaría viajando el ministro de Relaciones Exteriores de Francia a Brasil, para conversar sobre esto.
Y otra cosa es la posición de la Unión Europea frente a Venezuela, apoyando la injerencia de los EEUU, apoyando a Guaidó como presidente “legitimo”, desconociendo las elecciones populares, democráticas, lo cual no puede ser. Respecto a la cuestión armamentista. Francia vende muchas armas para países latinoamericanos, sin preocuparse de saber si esas armas están siendo usadas para matar, como en Brasil, a muchos jóvenes negros, por milicias que ahora están en el gobierno. Entonces ese modelo debe ser repensando.
Nosotros vemos que Latinoamérica es un laboratorio de anticipación, es decir, hay una discusión sobre si América Latina es la “vanguardia del atraso” o “el atraso de la vanguardia”, nosotros entendemos que no es el “atraso de la vanguardia”, pero si la “vanguardia del atraso”, siendo que esta vanguardia va a llegar hacia nosotros. Entonces para nosotros revisar los movimientos de resistencia latinoamericanos que consiguieron con su fuerza hacer una oposición al neoliberalismo, es algo que nosotros debemos preparar, porque en Europa el avance de la onda neoliberal se va a sentir, solo que tenemos un Estado de Derecho, un poco más consolidado, que nos permite parar un poco más la onda, pero la situación es más o menos la misma.