Compañero Juan Pablo Jiménez: ¡Presente!

“Fíjese bien el pueblo como, en general, la burguesía nos odia a muerte, nos desprecia, nos hiere cobardemente”.

Luis Emilio Recabarren

La Voz del Pueblo, 23/ mayo/ 1903

Hace 6 años asesinaron a Juan Pablo Jiménez. Le dispararon una bala directamente en su cabeza. Hace 6 años lo mataron, por ser Presidente del Sindicato de la empresa de Ingeniería Eléctrica Azeta, contratista de Chilectra, hoy ENEL. No ha sido el primero ni será el último.


Las voces del poder niegan este asesinato. Quieren hacernos creer que una bala loca disparada en La Legua, a más de un kilómetro de la empresa, habría tenido un recorrido parabólico y se habría alojado en la cabeza de Juan Pablo. Como si las balas locas tuvieran predilección por los dirigentes sindicales, sociales y weichafes mapuche, y de una forma extraña, encarnaran la voluntad de los empresarios y poderosos.


A Juan Pablo lo mataron por organizarse y luchar por mejores condiciones laborales. Por exigir dignidad para los trabajadores/as subcontratados de su empresa y por pretender extender esta lucha a toda la clase trabajadora. Le dispararon porque era una molestia para la empresa. Porque no estaba dispuesto a seguir viendo sueldos indignos que obligaban a sus colegas a trabajar en dos turnos, sin ver a sus familias ni tener tiempo de descanso, para llegar a fin de mes. Lo mataron como lo han hecho con Alejandro Castro y Macarena Valdés. Con Rodrigo Cisternas y Nelson Quichillao. Con los weichafe mapuches que asesinados por la espalda.


La lucha por una vida digna tiene sus costos y, como nos demuestra el asesinato de Juan Pablo, no es una metáfora ni un resabio del pasado la consigna ¡Vencer o morir! … los empresarios están dispuestos a asesinar para asegurar sus ganancias.


Juan Pablo no buscaba conquistas de territorios ni renombre, sólo quería que terminara la explotación organizada por los ricos en contra de los pobres. Su muerte nos pesa, pues representa el asesinato de un compañero de nuestra clase. Sin embargo, Juan Pablo sigue viviendo en la lucha de toda la clase trabajadora que, explotada y cuesta abajo, sigue resistiendo y luchando por una vida digna. Juan Pablo sigue viviendo mientras nuestras voces sigan gritando en cada marcha, en cada huelga y en cada lucha: ¡Compañero Juan Pablo Jiménez! ¡PRESENTE!

 

Autor entrada: Convergencia Medios

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