Wellboat seikongen: Crimen salmonero y castigo popular

El 18 de Octubre del 2017 se hunde en Pilpilhue, Chonchi, el Wellboat Seikongen bajo circunstancias que aún no están esclarecidas. Hoy se encuentra sin destino flotando en la Bahía de Ancud.

Hace ya más de 2 años, Chile y el mundo supo sobre la paralización total de carreteras y accesos en el sur de Chile, y principalmente en el Archipiélago de Chiloé. El vertimiento de miles de toneladas de salmones descompuestos en la bahía de Ancud, sumado a la histórica marea roja que afecta nuestros mares, provocó la movilización social más grande de las últimas décadas en nuestro territorio.

El conflicto jamás fue resuelto de manera total, pues fue la entrega de bonos negociada por ciertos sectores de la pesca artesanal lo que primó; sin culpables, sin condenados y con la misma industria responsable del desastre socio – ambiental ocurrido en el territorio, creciendo de manera sostenida y financiada en gran parte por el estado chileno.

El Wellboat Seikongen es un claro reflejo de la realidad actual de nuestro territorio, y en particular de nuestra comuna de Ancud. Sin mayores precauciones, peligramos como ecosistema por la buena labor fiscalizadora de otros territorios que no quieren seguir siendo devastados o puestos en peligro por una expresión empresarial macabra, que con la complicidad, ya a esta altura rutinaria de la institucionalidad nacional, dejan a la deriva en nuestra bahía un barco que se ha transformado en una máquina de peligro y muerte.

Las autoridades locales, siempre un tiempo más tarde que todo sus pares en el mundo, no tienen hoy una solución a este conflicto y ha sido el activo social y político de nuestro territorio quien puso en clara evidencia la nueva irresponsabilidad consciente de la industria salmonera. No nos bastó hace un par de años el tomarnos por una veintena de días la isla para evidenciar los abusos del capitalismo; hoy nos tienen como basurero de las salmoneras y sus negligencias.

Surgen un sinfín de preguntas en torno a este y otro temas que bordean el conflicto, pero sigue siendo clave entre un sentimiento compartido que expresar y una realidad que nadie más aborda en términos laborales: ¿Cuánto más soportaremos a la industria salmonera en nuestros mares? ¿Cuánta reconversión, diversificación o alternativa laboral se ha generado a esta industria sobreexplotadora?

Las respuestas podrán variar según las perspectivas, pero la realidad es abrumadora: las salmoneras son un crimen para el territorio; y hoy solo el castigo popular de nuestra unidad como pueblo combate, resiste y propone.

Christian Ruiz B.

Tejiendo RED – Ancud

Autor entrada: Convergencia Medios

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