Por: Madeleine Quintanilla, Maira Castillo y Martina Órdenes.
Durante los últimos días, se ha iniciado un proceso de movilización que contempla distintos establecimientos municipales de educación secundaria. Dentro de ellos se encuentran nuestros liceos, el Liceo 7 Teresa Prats de la comuna de Santiago y el Liceo 7 de la comuna de Providencia, y creemos que es importante que se conozcan las razones que motivaron esta movilización.
Por un lado, las estudiantes del Liceo 7 de la comuna de Santiago levantamos un petitorio que incluía demandas tales como: la necesidad de mejorar la preparación para la Prueba de Selección Universitaria, de efectivamente cumplir con el manual contra el acoso sexual escolar, de aumentar el equipo encargado de la convivencia escolar -dado que hasta el momento es sólo una persona la que está preparada para dicho rol- y de pensar en la posibilidad de que el Liceo tenga una enfermería básica para atenciones urgentes. Dado que no existió respuesta a nuestro petitorio, el liceo fue tomado después de haberlo decidido democráticamente con nuestras compañeras.
Con la intención de encontrar una solución al conflicto, se tomó la decisión de acceder a conformar una mesa de diálogo con la Dirección del liceo, y por ende, bajamos la toma. Dicha mesa sesionó el día jueves 25 de mayo y tuvo una duración de alrededor de 6 horas. En ella se trataron sólo ciertos puntos del petitorio, como lo es la educación sexual, sin plantear soluciones satisfactorias a la problemática que mencionamos en el petitorio, mientras los demás puntos simplemente se ignoraron y aplazaron para una futura discusión.
En ese contexto, las denuncias relativas a los sucesivos casos de violencia y discriminación, fueron ignoradas, señalando de forma sumamente escueta que dichas situaciones han sido atendidas, sin mencionar en su momento a las afectadas de qué forma se están revisando ni cuál es el procedimiento que se ha aplicado. Además, como resultado de la movilización que se ha llevado adelante, Dirección ha aceptado que el Manual de Convivencia es absolutamente insuficiente para hacerse cargo de estas situaciones. Aún así, la solución que se propone es aplicar otros manuales y procedimientos, relativos al maltrato de menores, sin comprender que esto actos son una expresión de una forma específica de violencia, a saber, la violencia de género, que merece ser tratada de forma particular, por medio de un instrumento específico y con un procedimiento acorde a esa realidad.
Por otra parte, el pasado miércoles 17 de mayo, los segundos medios del Liceo 7 de la comuna de Providencia, decidieron organizarse y presentar una carta pública al Consejo de Delegadas de Curso, en la cual se denuncia una serie de hechos de violencia generando un ambiente incómodo e inseguro dentro del establecimiento. Dentro de estos hechos podemos mencionar comentarios xenófobos, que son discriminadores y denigrantes hacia nuestras compañeras inmigrantes; además de una serie de casos de acoso sexual de parte de docentes del establecimiento hacia nosotras, los cuales han sido invisibilizados y olvidados por parte del establecimiento.
Creemos que las respuestas que han entregado los Directivos de ambos liceos demuestran que las situaciones expuestas no se tratan de hechos aislados, sino de una problemática transversal a los establecimientos de educación secundaria, que forma parte de una política activa y sistemática de encubrimiento a los casos que se presentan en instituciones educacionales del Estado, siendo particularmente grave cuando las (potenciales) víctimas de dichas conductas somos menores de edad.
Ante estos hechos, sabemos que existe responsabilidad importante por parte de ambas direcciones, ya que las respuestas han fluctuado entre la postergación de las respuestas y la incapacidad de llegar consenso. Además, ha existido una nula capacidad de acción desde la Corporación de Providencia a la hora de denunciar a los profesores, que en vez de ser inhabilitados, son transferidos a otros establecimientos educacionales, donde replican el abuso y violencia.
Nos parece sumamente grave que esta situación continúe, y consideramos urgente que existan respuestas reales a las situaciones denunciadas, estamos cansadas de que se crea que nuestros liceos son un lugar seguro, porque la verdad es que para nosotras ya no lo son.